Es muy
complaciente ver que una persona con un simple anzuelo logró capturar 12
grandes soñadores, y trabajar con ellos en lo que sería su mejor receta, sus sueños. Notar que con el pasar de los días, dicha preparación se fue nutriendo de sabores que a diario llegan de cientos de personas que con su experiencia aportaban a sus metas.
Es por ello, y apostándole al ejemplo que acabo de dar, que nunca he dejado de creer en mis ideas, en mi ingenio y esencialmente en mí, en lo que hago, en lo que pienso y en lo que quiere hacer. Creo que así como estos fantasiosos saborearon sus sueños, yo también lo podré hacer algún día, así mi “receta” este a fuego lento y tarde un poco más.
Ver que ningún sueño es inalcanzable y que trabajar por ello es el
aliciente que los impulsa cada día, es un ejemplo que en realidad espero seguir y el cual aspiro a que no quede con la simple idea, deseo trascribir la receta las veces que sean necesarias para que sea la mejor, buscar los mejores ingredientes con su cantidad exacta y ponerle lo mejor de mí, para que sea inolvidable.
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